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jueves, 29 de mayo de 2008

Sobre el uso de uniformes en la escuela pública y el prestigio.

Cada vez que me entero de alguna noticia que proviene de la Conselleria de Educación valenciana, me echo a temblar, y no es para menos, porque sus últimas actuaciones han sido auténticos disparates.

Pero desde esta Conselleria se ha anunciado hoy que ponen en marcha un nuevo proyecto. Con él pretenden que los alumnos de los centros públicos de infantil y primaria, que hayan votado favorablemente a ello, utilicen un uniforme, como los colegios privados y concertados.

La verdad es que cuando leí algo sobre ello en el Decreto de Derechos y Deberes, pensé que ese algo no se llevaría nunca a buen término, pensaba que estaba puesto ahí de relleno, pero no, por más tonta que sea su ocurrencia, la Conselleria hace todo lo que propone. Para el próximo curso tienen un total de 11 centros educativos de la Comunidad Valenciana que van a llevar uniforme.

Por tanto, de salida este nuevo proyecto piloto va a contar con 11 colegios voluntarios para que sus alumnos lleven el uniforme. Estos 11 voluntarios lo son porque sus respectivos Consejos Escolares así lo han decidido, por medio de una votación en que la mayoría de ellos, compuestos por profesores, padres y alumnos, ha estado de acuerdo en que los alumnos lleven uniforme el próximo curso.

Desde la misma Conselleria se justifica su proyecto como una ayuda a las familias, ya que así disminuirá su gasto en ropa y se evitarán problemas relacionados con la vestimenta de sus hijos. Añadiendo además que con ello se pretende proyectar una imagen de prestigio en la escuela pública.

Bien a mí no es una idea que me guste, ya que yo creo que una manera que tienen los alumnos, como cualquier adulto, de expresar su propia personalidad es con su ropa, pero si todos van vestidos iguales, poca personalidad van a mostrar. Aunque es posible que su personalidad sea mostrada por las tardes, cuando los alumnos se cambien después del colegio, con lo cual el gasto no disminuirá.

Pero lo que me llega al alma, es que desde Conselleria se piense que con uniforme se da una imagen de prestigio de la escuela pública. ¡Marchando una de cerebros!, que a los que trabajan en Conselleria y tienen tan brillantes ideas les hace falta. Creen que con que los alumnos lleven uniforme se obtiene el prestigio, ¡qué ilusos!

El prestigio no reside en un mero uniforme, sino en muchas más cosas, que no veo que Conselleria se haya propuesto arreglar. En un colegio privado, o concertado, cuando un profesor falta, supongamos que por motivos de salud, rápidamente se le busca sustituto, pero en el caso de ser un centro público, no ocurre lo mismo, ya que el sustituto llega cuando llega. Eso sí que da prestigio, y no un uniforme.

Por lo general, sería una suposición correcta el hecho de pensar que el profesorado de un centro público está mejor preparado que el de uno privado, ya que los primeros han pasado una dura oposición, o como interinos se preparan para ella; mientras que los segundos no pasan ningún tipo de pruebas ni se ordenan por puntos en bolsas de trabajo de carácter general, por tanto están peor formados, y son elegidos a dedo por el mismo centro, con lo que hay muchos casos de enchufismo. Y a pesar de tener un profesorado a priori inferior al de la escuela pública, ¿los privados tienen más prestigio? Hay más factores que influyen pues.

Otro de los principales serían los medios económicos y materiales de los que dispone el centro en cuestión. A la escuela pública se le paga mal y tarde; a la concertada, cuyo dinero también es público, se le paga bien y pronto; y la privada goza de todo su dinero desde que se paga la matrícula. ¡Eso sí da prestigio! Yo nunca he visto un colegio privado que dé las clases en barracones, mientras que en la enseñanza pública hay ¡buuuf, un montón! Los centros públicos muchas veces no pueden llevar a cabo reparaciones ni mantenimiento por falta de dinero, los privados, sí. ¡Eso también da prestigio! ¿Quieren dar prestigio a la escuela pública? Pues ya saben cómo hacerlo, dejo muchos más ejemplos en el tintero...

Pero desde Conselleria se han aportado más razones para justificar los uniformes. Entre ellas, que los uniformes favorecen una mejor integración de todo el alumnado, eliminando diferencias debidas a vestimenta, con lo que pueden ayudar a resolver o atenuar los problemas relacionados con la convivencia escolar. Es más, se ha considerado que puede facilitar la integración del alumnado inmigrante. ¡Vaya! Espero que cuando llegue a mediante curso, por ejemplo una niña paquistaní, no le impidan el acceso a esos centros públicos con uniforme y la obliguen a quitarse su vestimenta típica y a llevar su maldito uniforme. ¿Será una fuente de conflictos el uniforme en ese caso o no? Tal vez algunos de los que me leen puedan pensar que he puesto un ejemplo muy rebuscado, pero de eso nada, hablad con algún docente.

Desde Conselleria también piensan que gracias al uniforme se fomentará una cultura del consumo más responsable, evitando con ello las rivalidades y envidias que provoca el uso de la ropa de marca. Seguro que sí, ¿verdad? El uniforme es la panacea, lo va a solucionar todo. Yo me hago una pregunta, ¿cuándo los alumnos hagan educación física llevarán todos la misma equipación? Y es que en la ropa y el calzado deportivo, es donde más se aprecia ese concepto que quieren evitar de la ropa de marca. Pero en las zapatillas que llevan los alumnos, existe una enorme diferencia de precio, ¿llevarán todos la misma marca y modelo de zapatillas?

Si nuestros gobernantes quisieran de verdad eliminar de la sociedad, ese prestigio que dan las marcas o la posesión de ciertos bienes, tal vez deberían hablar con la Conselleria de Urbanismo. Así les pedirían que prohibiesen la construcción de urbanizaciones con chaletitos adosados, que cuestan carísimo, ya dan prestigio social, ¿o no? Lo mismo deberían hacer con la Conselleria de Industria, ya que la posesión de un coche de cierta marca, también da prestigio social. Hay quienes se gastan todo su sueldo en pagar la hipoteca y la letra del coche sólo por aparentar lo que no son. Por tanto, antes de formar a los niños en cuestión de marcas, tal vez se debiese formar a sus padres.

En definitiva, yo no creo que el mero hecho de llevar uniforme evite los conflictos entre padres e hijos en relación a la ropa que los segundos usan a diario, porque al volver a casa se cambiarán. Lo que sí tengo claro que conseguirán, como desde la Conselleria también han dicho que pretenden, es erradicar indumentarias inadecuadas o inapropiadas entre los escolares, lo que me parece una idea un poco fascista. Además, el problema no es la ropa que llevan, sino cómo la llevan, ya que habrá niños y niñas que lleven, por ejemplo, todos los botones de sus camisas abrochados, mientras que otros, llevarán algunos estratégicamente abiertos para imitar a los mayores y lo que ven en televisión...

Es cierto que en otras comunidades autónomas, como por ejemplo Madrid, se deja libertad a los centros, faltaría más, para decidir si llevan o no uniforme, así como que es un debate abierto en otros países. Pero la creencia de Conselleria de que gracias a los uniformes se elevará el rendimiento escolar de los alumnos me parece descabellada, ya lo decía mi abuela: “Aunque la mona se vista de seda, mona se queda”.

Con todo ello os dejo por hoy. Me voy tranquilo, ya que creo que mis opiniones hoy no me llevarán a la hoguera, pues los merecedores del castigo del fuego purificador son los cerebros pensadores de Conselleria, que en lugar de aportar los medios y el dinero necesarios para el buen funcionamiento de la escuela pública, lo que hacen es proponer proyectos que distraigan la atención del público de los temas que no funcionan. Si los uniformes tuviesen todas las propiedades que les ven, ellos deberían ser los primeros en llevarlos...

¡Buenas noches!

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