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domingo, 6 de abril de 2008

Sobre la colaboración española en la errónea búsqueda de la raza aria.

La famosa raza aria, que tantas persecuciones ha provocado a lo largo del siglo XIX, y sobre todo, a lo largo del siglo XX, merced al anormal Hitler, quien persiguió brutalmente a los judíos; ha vuelto a aparecer hoy en un artículo del diario EL PAÍS. En él se afirma que se buscó la raza aria en España, y no sé de qué se puede sorprender nadie, pues, ¿cómo era Hitler? Bajito, de pelo negro y ojos oscuros, ¿no es así como somos mayoritariamente y como nos ven los extranjeros? No es tan raro que se buscase a los arios aquí. Si añadimos el bigote se nos configura Aznar como el prototipo de ario, pero eso ya es otra historia...

El asunto es que el historiador Francisco Gracia ha encontrado y sacado a la luz las estrechas y profundas relaciones entre la arqueología española y la organización de las SS Deutsches Ahnenerbe (Herencia Ancestral Alemana), la cual realizaba excavaciones a lo largo de todo el mundo e investigaba con el fin de justificar el racismo hitleriano: la supremacía de la raza aria.

Por todos los que han leído un poco sobre el tema, es conocido que los nazis llevaron a cabo una expedición al Tíbet (que todavía sigue revuelto) para excavar. Se sabe que entre otras cosas buscaban el Grial (asunto sobre el que podéis estar tranquilos porque lo concluiré) pero también esqueletos de los originarios arios. Por ello saquearon museos, y lo peor de todo, asesinaron cruelmente a los judíos y otros prisioneros de guerra con el fin de analizar sus esqueletos, en busca del ario perdido...

Todos los miembros de la Ahnenerbe tenían rango en las SS y fueron condenados en los famosos juicios de Núremberg. Lo que se ha destapado ahora es que la arqueología española colaboró con esas sociedades y otras similares en busca de la raza aria. De hecho, el ministro , José Luis Arrese, le mostró a Himmler (patrono de la Ahnenerbe) su interés por crear en España una organización similar a la Ahnenerbe nazi que dependiese en exclusiva de Falange, con la finalidad de controlar las bases ideológicas de la prehistoria y la arqueología españolas. Al frente de todo ello se puso el arqueólogo Santa Olalla que no tuvo mejor ocurrencia que pedirle a Himmler una foto dedicada, ¡vamos, cómo si fuese Ronaldinho!

Este Santa Olalla defendía la arianización española por parte de los pueblos celtas, que fueron ninguneados por los íberos, la verdad es que estaba bastante de acuerdo con la ideología nazi sí. El motivo es que la Ahnenerbe ya estaba interesada en España, en el arte rupestre, los visigodos y sobre todo la cultura antigua de las Canarias, donde los nazis confiaban encontrar testimonios de una ancestral raza aria pura de la que serían miembros los primitivos canarios. ¡Toma ya! Y es que pensaban que las Canarias eran restos de la Atlántida, de donde provenían los arios. ¡Qué cúmulo de despropósitos!

Además, los nazis creían en rumores de momias guanches de pelo rubio, (como Hitler, ¿no?), por lo que pensaban llevar a cabo excavaciones en las Islas Afortunadas y medirían cráneos de los canarios, pero no pudo ser, porque comenzó la Segunda Guerra Mundial, aún así, Santa Olalla facilitó mucho material a los nazis. Donde sí pudieron realizar sus estudios fue en el nordeste español, en su arte rupestre.

Por supuesto, cuando Himmler visitó España en 1940, Santa Olalla estuvo en su séquito e hizo de cicerone en su visita a los diferentes museos y monumentos, por lo que Himmler le invitó a Alemania para colaborar directamente con la Ahnenerbe, dando incluso conferencias y recibiendo material y todo tipo de colaboración por parte de los nazis.

Se intentó una gran colaboración entre la Comisaría General de Excavaciones, que dirigía Santa Olalla y la Ahnenerbe, la intervención en la necrópolis visigoda de Castiltierra (Segovia), pues iba a ser la primera gran excavación arqueológica patrocinada por Falange, por lo que invitaron a Himmler entre otros, pero estos rehusaron ya que se encontraban expoliando yacimientos prehistóricos en Ucrania donde tampoco dejaron acudir a Santa Olalla. Tal vez fuese porque detrás de todo tenían ideas antisemitas y no querían testigos, ¿no?

Aún así algunos nazis sí que visitaron las excavaciones de Castiltierra y tras las excavaciones, las piezas principales de esos ajuares visigodos, principalmente las de bronces, se las llevaron a Berlín, para que la Ahnenerbe se ocupara de su restauración ante la dificultad de hacerlo en España, piezas que luego costó horrores que devolviesen. A pesar de ello, el historiador Gracia tiene pruebas de un misterioso envío en 1943 de Santa Olalla a la sede de la Ahnenerbe de restos óseos humanos, de los que se desconoce su origen, para su estudio antropológico...

Después de todo, parece ser que los arqueólogos españoles no se involucraron directamente en ningún acto siniestro de los nazis, pero anduvieron cerca sí, y todo por encontrar la raza aria... Pero sobre ello quiero señalar un gran error.

El concepto de raza aria proviene del descubrimiento de la familia de lenguas indoeuropeas, ya que algunos etnólogos del siglo XIX mantuvieron que todos los pueblos europeos de raza blanca eran descendientes de un supuesto pueblo ario. En ello se basó erróneamente el nazismo alemán para usar el concepto de raza aria con la interpretación de raza de señores de pueblos de linaje noreuropeo, lo que le sirvió de justificación a sus increíbles postulados racistas.

Sin embargo, la idea de una raza aria surgió cuando los lingüistas identificaron al avéstico y al sánscrito como los parientes conocidos de mayor antigüedad de las principales lenguas europeas: latín, griego, y todas las lenguas germánicas y célticas entre otras. Creían que los que hablaban en dichas lenguas se habrían originado en un antiguo pueblo antepasado de todos los pueblos europeos: los arios. Es importante señalar que el error fundamental del nazismo viene porque en sánscrito (idioma del valle del Indo) y en avéstico (idioma de la antigua Persia) “arya” significa noble. Por tanto, para ellos ario equivalía a europeo blanco ya que sus lenguas provenían de la familia indoeuropea, no así la de los pueblos judíos y árabes.

Estudiosos alemanes sostenían que los arios dieron su origen en la antigua Alemania o en Escandinavia, o al menos era en esos países donde la etnia aria original se había conservado, idea que fomentó el antisemitismo, al afirmar que existían pueblos arios y semíticos diferenciados por razones lingüísticas. A ello también contribuyeron estudiosos ingleses que afirmaban que los arios fueron pueblos de raza blanca que habían invadido la India en la antigüedad, sometiendo a los pueblos dravídicos nativos de piel oscura, que fueron empujados hacia el sur.

Así que el nazismo y su búsqueda de la raza aria, con su terrible Holocausto, no fue más que un error, y no sólo por ser un crimen contra la humanidad, sino porque los antropólogos actuales que creen en la existencia de una antigua raza aria señalan que sus descendientes actuales más cercanos serían los persas y nunca los grupos germánicos. ¿Alguien dudaba de que Hitler y todos los nazis no eran más que unos tontos? Por si no lo teníais claro aquí os he dejado una prueba más. Pero eso sí, los falangistas también, pues creyeron en las mismas tonterías que ellos.

Con esto os abandono por hoy sintiéndome seguro de no ir a la hoguera, y espero que estéis de acuerdo conmigo en que los merecedores del castigo del fuego purificador son todos los arqueólogos españoles, sobre todo Santa Olalla, que ayudaron a los nazis y todos los nazis por cometer una de las mayores masacres de la historia justificándose en un error. ¡Qué tarugos!

¡Buenas noches!

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