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viernes, 8 de febrero de 2008

Sobre el contrato de integración...

Lo prometido es deuda, así que como dije ayer, hoy voy a tratar este tema tan peliagudo que hay que cogerlo con pinzas, por lo que no entiendo cómo nuestros representantes políticos pueden divagar sobre ello sin antes al menos haberlo meditado con la almohada. ¡Ups! No me acordaba, que vienen elecciones, y están jugando a ver quién hace la promesa más gorda y descabellada...
Me ceñiré al tema, las palabritas de Rajoy. Este señor dijo que si gana las elecciones obligará a los inmigrantes a firmar un contrato de integración, con valor jurídico. Gracias a él, los inmigrantes tendrán los mismos derechos que los españoles después de comprometerse a cumplir las leyes, respetar las costumbres españolas (que todavía nadie me ha explicado), a aprender la lengua española, a pagar sus impuestos y a trabajar activamente para integrarse. Como contrapartida la sociedad española les dará los mismos derechos y prestaciones que a un español, les enseñará la lengua, les ayudará en su integración y respetará sus creencias y costumbres siempre que no sean contrarias a las leyes españolas. El contrato afectará a todo aquel inmigrante que quiera obtener un permiso superior a un año de residencia en España e incluirá el requisito de regresar a su país de origen si durante un tiempo logra encontrar empleo.
Además, Rajoy remarcó que si él gobierna nunca habrá más regularizaciones masivas, que en España no se va a poder entrar ilegalmente y que es necesaria una reforma de los cauces legales de entrada en España porque los que ahora existen han fracasado. Y dijo que se habla mucho de pateras y poco de las fronteras de los Pirineos, pero que él aumentará el número de repatriaciones y simplificará los procedimientos de las administraciones para agilizarlas. ¿Ahora? ¿Y cuándo estuvo en el Gobierno por qué no?
Asimismo, creará una agencia estatal de inmigración y de empleo que trabajará para atender las demandas reales de las empresas españolas y que tendrá a su cargo, la supervisión de la selección, formación y contratación de trabajadores extranjeros con plenas garantías para ambas partes. Aunque permitirá a las empresas españolas disponer de los servicios de agencias privadas de empleo de su confianza para facilitarles la contratación en origen a los trabajadores extranjeros que necesiten, que llegarían con contrato y con la formación requerida.
También regulará la reagrupación familiar para que no sea una puerta falsa de entrada al margen de los cauces normales poniendo como ejemplo que se podrá pedir que venga su familia directa, pero la reagrupación no podrá prolongarse hasta el infinito. Y además, aplicará una reforma para expulsar a aquellos delincuentes extranjeros que hayan cometido delitos aunque tengan permiso de residencia, e impulsará acuerdos europeos para que tampoco puedan volver a la Unión Europea. Textualmente: "Cerraremos las puertas a aquellos que no respetan la ley".
Así pues, el Rajoy de la oposición defiende una nueva política de inmigración, basada en la eficacia, la responsabilidad y el sentido común, dando prioridad a los inmigrantes que conozcan la lengua y la cultura española, y a los que estén cualificados. ¡Vaya, vaya! No es tan mala la medida porque evitará que el señor Bush, que ni conoce la lengua ni sabría ubicar en un mapa las capitales más importantes de España, por no hablar de su cualificación, pueda venir dentro de poco cuando quede en paro...
Bueno, y ahora ya mi opinión sobre todo ello. En primer lugar creo que la inmigración es un serio problema, que en sus palabras pone de manifiesto problemas que deben ser resueltos con urgencia, pero que sus medidas son electoralistas, anticonstitucionales, xenófobas y poco originales, pues parecen copias de las de Sarkozy en Francia, contrato incluido o de las que presentó CiU para las últimas elecciones catalanas, de las que desde el Partido Popular se dijo que más que una medida de integración parecían una cartilla de racionamiento de derechos humanos. Esto que dijo Lucía Figar, del PP, ¿se atreverá a decírselo ahora a su líder Rajoy? Desde luego, hay que ver, qué poca memoria histórica...
Pero hay una notable diferencia entre el contrato de Sarkozy y el de Rajoy, y es que ambos darán formación lingüística, pero el de Sarkozy apunta a una formación cívica, como yo dije ayer que también necesitan los propios españoles, y el de Rajoy es de aspecto jurídico, ya que deben respetar las leyes y las costumbres españolas. Pero, para respetar la ley, ya está la propia Ley, ¿no? Además, Rajoy mencionó algunas costumbres españolas que los inmigrantes debían respetar: la prohibición de la ablación y el respeto de la igualdad de sexos, cosas que ya recogen nuestras leyes. Otros militantes del PP añadieron otras costumbres recogidas en las ordenanzas municipales, como la higiene. Y yo me pregunto, ¿el señor Rajoy ha viajado en metro en hora punta? Ahí se daría cuenta de lo escrupulosos que son muchos españoles con la higiene, después de hacer un buen trayecto apretado a uno de estos españolitos. Y luego Astarloa añadió que regularán el uso del velo islámico para evitar que su empleo suponga un elemento de discriminación para la mujer y garantizar la igualdad entre sexos, con lo que estoy totalmente de acuerdo, pero que no pierdan de vista tampoco al macho ibérico, ¿eh?
Respecto a las regularizaciones masivas, tan sólo recordarle que durante su etapa como ministro del Interior regularizó a 239.174 inmigrantes de golpe, ¡no está mal como ejemplo! Critica a Zapatero por haber regularizado a más sin el consenso del PP (¿alguien recuerda el rodillo del PP con mayoría absoluta?), vale, pero mejor eso, que tenerlos como ilegales, sin derechos ni tampoco deberes, y dejarlos que trabajen para que los empresarios ganen dinero mientras los gobernantes miran para otro lado.
En cuanto a aumentar el número de expulsiones también me permito recordarle que en la última legislatura del PP fueron 14.397, mientras que en los últimos cuatro años han aumentado hasta más de 40.000, unas cuantas más, ¿verdad?. Y a la hora de las expulsiones por delitos, decirle que él mismo ya intentó ejecutar esa propuesta cuando era ministro del Interior, pero recibió contundentes argumentos en contra, entre otros del Tribunal Supremo, ya que la medida privaba a los extranjeros de la presunción de inocencia, libraba a los delincuentes de la cárcel y burlaba el derecho de las víctimas a ser resarcidas. Hoy en día, los extranjeros condenados son expulsados, pero después de cumplir sus penas de cárcel. ¿No está mejor así? Pero además, quedan claros sus prejuicios cuando dice que se les negará la entrada a la Unión Europea, como si los de dentro fuesen todos inocentes. ¿Alguien recuerda a algún pederasta británico que campaba a sus anchas por España cuando el era ministro y que violó y mató a una niña en Andalucía? A ese energúmeno, ¿se le puede negar la entrada a la Unión Europea? ¡No!, como tampoco a los autores del crimen de Alcácer, ni a los etarras... Por tanto me parece una iniciativa explícitamente racista en contenido y planteamiento, ya que parece haber inmigrantes de primera y de segunda clase. Como ya dije ayer, a los de primera sí que se les permite conservar su cultura en sus propios guetos.
Está claro que en nuestro país hay delincuencia, pero ya la había antes de la llegada masiva de inmigrantes, aunque es cierto que la situación ha empeorado. No lo voy a justificar, pero la gente cuando no tiene para comer y no encuentra trabajo, pues roba, y si lo pillan va a la cárcel y también come. Hay que poner unas leyes más duras tanto contra los delincuentes españoles como contra los extranjeros, ya que no puede ser que a los cuatro días salgan de la cárcel como si nada. Una ley tan blanda es la que está fomentando la llegada de los peores delincuentes: las mafias, las del este y las que no son del este... Esto es un paraíso para los delincuentes porque las penas son menores a las de sus países y por eso prefieren venir aquí a robar en viviendas, a atracar, a violar, a obligar a mujeres a prostituirse, a explotar a sus semejantes trayéndolos en pateras, etc. Pero por suerte, no todos los inmigrantes son así, luego dejémosles entrar, pero endurezcamos las penas, para que no vengan los peores delincuentes... Para mí, que en este punto Rajoy vuelve a utilizar la táctica de sembrar el miedo entre la población, miedo a lo que llega de otros países, y no todo es malo. El mismo miedo que lleva sembrando cuatro años contra el terrorismo y últimamente con la economía, porque no le queda otra, ya que como político deja mucho que desear. Aunque es cierto que Zapatero podría reconocer que la economía no va bien. ¡Si es que nadie lo hace bien!
En un Estado de Derecho pienso que no se puede condicionar el disfrute y el ejercicio de los derechos a la firma de un papel, pues es algo tanto inconstitucional, como contrario al derecho internacional. Y en parte, se haría a los inmigrantes renunciar a sus derechos culturales, que no tienen el porqué ser malos, es más pueden resultar enriquecedores para nuestras propias costumbres. Rajoy parece proponer una utilización de los inmigrantes, permitiéndoles estar aquí mientras son útiles para desarrollar la economía, pero si incrementan el paro porque realizan trabajos que los españoles no quieren se les echa...
El problema de base de la propuesta de Rajoy, es que no entiende que su contrato de integración para inmigrantes no tiene validez operativa ni jurídica, ya que la legislación española ya establece que los inmigrantes tienen los mismos derechos y libertades que los españoles. Luego simplemente apliquemos nuestra legislación y si hay que modificar algún aspecto se hace y punto.
Está claro, que hay que controlar mejor la entrada de inmigrantes en España, pero, ¿cómo?, su propuesta no me sirve. Respecto a la selección de personal que propone, no hay más que acudir a una entrevista de selección aquí en España, donde ya se discrimina por raza, sexo, buena presencia, etc, ¿qué no harán con los de fuera y más aún si se permite hacerlo a empresas privadas? Estoy de acuerdo en que los inmigrantes que vengan deben tener trabajo, más que nada porque de lo contrario se morirán de hambre, pero es difícil saber de entrada si una persona lo va a encontrar o no, o si se va a poner a delinquir. Que traigan contratos de origen es una buena idea, pero cuando se les acaben deben tener derecho a percibir prestación por desempleo y buscar una nueva oportunidad, cosa en la que a veces tardan años los españoles...
Rajoy también asegura que evitará la entrada de inmigrantes ilegales, ¿cómo? Las fronteras de España son muy grandes, y ni el ejército podría vigilarlas todas. Si ya nos quitaron el islote Perejil... Tal vez él sepa desdoblarse como en la peli Amanece que no es poco y pueda, ayudado por la teletransportación instantánea de Goku, vigilarlo todo, ¡quién sabe!
Y respecto a que los inmigrantes traigan a sus familias, me parece lógico y normal, pero como él dice, sin abusar, ya que no tienen que traerse a medio país detrás, eso sí. Pero se le ha olvidado hablar de los matrimonios o uniones de conveniencia, vigilándolos un poco mejor, se hubiese evitado en su tiempo que se nos colasen los Dinios y similares como parejas de folclóricas ancianas y acabadas, que tanto han hecho por una buena televisión...
En fin, lo voy a dejar ya por hoy, aunque podría extenderme hasta el infinito. Espero que mi opinión no merezca ir a la hoguera y sí sea condenado al fuego purificador Rajoy y todos los que piensan como él, pues aunque ven el problema se equivocan en el modo de solucionarlo con una actitud contraria al derecho y xenófoba.
¡Buenas noches!

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