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martes, 5 de febrero de 2008

Entre basuras anda el juego.

Acabo de bajar mi bolsa de basura a la calle, dentro del horario permitido por mi localidad, no como algunos otros, que la bajan antes de lo previsto o incluso después de que pase el camión de la basura, quedándose en la acera hasta el día siguiente. Pero éste no ha sido el mayor problema que he visto, ya que hay algo que me parece muchísimo peor y es que algunos de mis propios vecinos no reciclan.
Tan sólo he echado un vistazo a los montones de bolsas que se acumulaban en un pedacito de acera, y he podido ver que junto a ellas se acumulaban algunas cajas de cartón, botellas de plástico, se veía alguna botella de vidrio asomar en una bolsa, etc. Todo eso es lo que se veía, pero si eso es lo que se ve por fuera, ¿qué no habría por dentro? Estoy seguro de que por dentro, también habría envases de plástico, latas (vacías por supuesto) de cerveza o de refrescos, por no pensar en la posibilidad de que hubiesen pilas o medicamentos.
Se están haciendo muchas campañas para concienciar a la población de que se debe reciclar, pues es bueno para el planeta, pero parece que no cala muy hondo en la gente, o que les trae sin cuidado lo que le ocurra al planeta, no sé... Lo que sí estoy seguro de saber, es que no llevan cada deshecho al contenedor correspondiente porque no les da la real gana. ¿El motivo? Pues que a menos de 20 metros de todos los montoncitos de bolsas de basura que he visto están los contenedores en que pueden separar y reciclar: el de papel y cartón (azul), el de envases (amarillo) y el de vidrio (verde). ¿Qué le pasa a la gente que no es capaz de dar unos miserables pasos para reciclar y evitar el gasto de nuevos materiales?
Para las pilas no se pueden quejar tampoco, pues bien cerca hay una tienda de electrodomésticos en la que las pueden depositar. También cerca, hay varias farmacias en las que estarían encantados de recoger las medicinas que ya no valen, y eso sí, ya un poco más lejos el contenedor para ropa usada, pongamos 150 metros, ¡qué esfuerzo tan terrible! Pero eso sí, para irse a un bar o a comprar no les importa caminar... Y cuando van a comprar, por supuesto, a acumular bolsas de plástico. Todas las tiendas y supermercados deberían cobrar las bolsas, como hacen algunos, y así la gente siempre se llevaría su propia bolsa de casa.
Si al menos esto pasase sólo en mi calle sería maravilloso, ya que significaría que el resto del planeta sí que separa sus basuras y recicla adecuadamente. Pero por desgracia no es así, mire por la calle que mire, siempre me voy a encontrar en la bolsa de basura productos que se podían reciclar. Y si fuese sólo en mi pueblo, pero si miro por Alicante, Valencia, o donde quiera que vaya puedo ver deshechos reciclables en el contenedor normal de la basura, ¡vergonzoso!
Después, cuando voy a tirar cada uno de mis deshechos a su contenedor correspondiente también puedo apreciar que la gente no separa bien los residuos, o que lo hace con prisas. Así, te puedes encontrar en el contenedor del papel bolsas rellenas de papel y cartón, o en el de vidrio, también bolsas con botellas, y eso que el agujero por el que se depositan es pequeño, ¡qué si no! ¿Tanta prisa tiene la gente que no es capaz de volcar el contenido de la bolsa en el contenedor sin su bolsa de plástico? Vamos, con las colas que hay que hacer en el médico, en la peluquería, o en los bancos, y vaciar la bolsa le puede llevar unos minutos como mucho...
Lo triste, es que eso es una propiedad de los españoles, ya que si sales de viaje por Europa puedes comprobar en los otros países que la gente recicla con mucho cuidado y está muy concienciada en cuidar el medio ambiente. ¿Y aquí por qué sólo unos pocos estamos concienciados? Es cierto que cada vez recicla más gente, pero sigue siendo insuficiente. La solución que se me ocurre es poner multas, del mismo modo que la Policía Local tiene autorización para multar a los que bajan la basura fuera del horario permitido, que puedan multar también a las personas que vean que dejan en sus bolsas de basuras productos reciclables, lo que les sería fácil, ya que la gente no se esconde, pues dejan las garrafas de agua sin bolsa ni nada, al ladito de la bolsa de la basura.
¡Si hasta se ha concienciado Al Gore!, antiguo vicepresidente de los Estados Unidos, país que en su día no aceptaba entrar en lo marcado por el protocolo de Kyoto en cuanto a las emisiones máximas permitidas de residuos contaminantes. Sin embargo ahora se ha convertido en el gran defensor del medio ambiente, pues hizo un premiado documental: Una Verdad Incómoda, en el que se erige en el paladín contra la contaminación y va dando conferencias sobre el cambio climático por todo el mundo...
Pero bueno, me alegro por ello, porque se ha dado cuenta de su error y ha corregido su postura, tratando ahora de convencer a todo el mundo de que cuide el planeta, ya que es el único que tenemos y el que dejaremos a nuestros descendientes, veremos en qué condiciones... Esto lo llevaban diciendo, años, muchos científicos del mundo, pero ha tenido que aparecer una figura mediática para que el mensaje llegue a más gente. Espero que lo consigan, que todo el mundo comience a separar y reciclar correctamente, incluidos mis vecinos claro.
Y así me despido por hoy, queridos lectores, esperando que mis palabras no me lleven a la hoguera, que es donde deberían ir mis inconscientes, y ¿por qué no decirlo?, desconsiderados e insensibles vecinos y el resto de la población que hace lo mismo que ellos: no cuidar el planeta. A todos ellos envío hoy al castigo del fuego purificador, pero eso sí un fuego controlado y responsable para evitar la emisión de gases contaminantes a la atmósfera...
¡Buenas noches!

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