¡Feliz día del Padre!

Antes que nada quiero dedicar unas palabras a una persona profundamente admirada por mí y que fue el padre y creador de célebres novelas que a lo largo de mi vida he devorado con avidez, como son El Centinela, 2001: Una Odisea del Espacio, 2010: Odisea Dos, 2061: Odisea Tres, 3001: Odisea Final, Fuentes del Paraíso, En las Profundidades y otras tantas que ahora no me vienen a la memoria. Evidentemente me estoy refiriendo al genial escritor Arthur C. Clarke, que falleció ayer a la nada desdeñable edad de 90 años.
Para mí, no ha sido únicamente el padre de estos libros, sino que terminó de abrir unos ojos ya bastante abiertos por la lectura de las novelas de Julio Verne, de cara a la ciencia, en particular a las ciencias que tenían que ver con el espacio, con el universo... Así, mi querido Arthur fomentó en mí la búsqueda de la respuesta a la gran pregunta: ¿Estamos solos en el universo? Pregunta que sigo sin responder, aunque no cejo en la búsqueda de una respuesta, siempre desde el punto de vista científico (Programa SETI, etc). No hay duda de que esto es una de las cosas que más me interesan, junto con la búsqueda de la respuesta a la pregunta acerca de cómo surgió la vida en la Tierra y si tuvo origen extraterrestre...
Por ello, a mi inolvidable Arthur C. Clarke, le deseo que descanse en paz, en una vida eterna como en 2001, mientras me vienen a los oídos los compases de Así habló Zaratustra de Strauss... ¡Hasta siempre maestro!

Pero bueno, hoy es el día que todos debemos dedicar a demostrar todo nuestro amor a nuestro padre, sin tener que caer necesariamente en el materialismo de los regalos, pues un beso o un abrazo valen mucho más que el más caro de los regalos.
Yo ya me he encargado de felicitar a mi querido papá, persona humilde y trabajadora que lo ha dado todo por sacar su familia adelante y tratar de conseguir para sus hijos una vida mucho mejor y más fácil que la que a él le ha tocado vivir. Y no hay ninguna duda de que en mi caso lo ha conseguido, pues no tengo motivos para quejarme lo más mínimo. Es cierto que ha contado con la inestimable colaboración de mi madre, a la que también quiero, pero hoy no es su día, tendrá que esperar un poco...
Y es que padre no hay más que uno, y no se lo deberíamos recordar tan sólo el 19 de marzo, sino cada uno de los días de nuestra vida, sobre todo si se ha comportado como un buen padre, como debe ser.
Es cierto que hay padres que desatienden sus obligaciones como tal, pero por suerte no lo son todos, y pesar de eso no dejan de ser padres, aunque sólo sea genéticamente, por olvidarse de sus hijos...
De todas formas, de lo que quiero hablar hoy es de los buenos padres, como el mío. Dediquémosles un tiempo en su honor, pues lo tienen bien merecido, y reconozcamos todo lo que han hecho por nosotros, agradezcamos su cariño y su atención a lo largo de todos nuestros años, ya sigan en la Tierra con nosotros o hayan desaparecido corpóreamente, pues espiritualmente siempre deben permanecer en nuestro corazón...
Por ello, yo le recuerdo a mi padre, y vosotros deberíais recordar al vuestro que hoy es su día, por tanto:

¡FELIZ DÍA DEL PADRE!

Os dejo con una foto de un momento cariñoso que hemos tenido hoy mi padre y yo. Papá, te quiero, hoy, en especial, y cada uno de los días de mi vida...

Me despido de todos vosotros, mis queridos lectores, esperando que os hayáis comportado como buenos hijos y os hayáis acordado de felicitar a vuestros padres. Si tenéis problemas con vuestro padre, pensad en él como tal y tratar de arreglar la situación, ya que en esta vida no hay nada imperdonable. Estoy seguro de que mis palabras de hoy no me llevaran a la hoguera, en cambio deben ser merecedores del castigo del fuego purificador esos malos hijos que no muestran su cariño a su padre, ni siquiera en su día, salvo que su padre se haya comportado con ellos como un auténtico tirano o los haya abandonado, en cuyo caso el merecedor de ese castigo sería ese mal padre.
¡Buenas noches!