Según se publicó en el diario INFORMACIÓN, en la noche del día 28 de enero un grupo que se hace llamar Luther Blisset, robó la bandera española que ondeaba en el Castillo de Santa Bárbara de Alicante y la sustituyó por una bandera pirata, lo cual me parece una forma muy original de protestar y hacer reivindicaciones. El concejal de Cultura, que es responsable de dicho castillo, señaló que era un incidente sin importancia, que sólo fue una gamberrada, pero una gamberrada que demuestra la poca seguridad que hay en el Castillo de Santa Bárbara, pues no es el primer incidente que sucede allí, y eso que en él hay antenas que dan servicio a la ciudad de Alicante, ¡vaya vigilancia!
Pero lo mejor del caso, y lo que me hace escribir hoy sobre ello, es que el grupo Luther Blisset no lo hizo como una simple gamberrada, sino que secuestró la bandera española, lo que para mí no tiene importancia pues no es más que un simple trapo, y puso en su lugar la insignia pirata alegando en diferentes medios de comunicación que lo hacían porque la bandera pirata, según ellos, es el verdadero estandarte de los dirigentes de este territorio, con lo que estoy totalmente de acuerdo. ¡Bravo por este grupo y por su forma de protestar!
Cuando he dicho, en el párrafo anterior que para mí la bandera es un simple trapo, no me refiero sólo a la bandera española, sino a cualquier bandera, ya que sólo es un trozo de tela que representa algo que hay detrás de ella, como en este caso un país, pero para mí hacerle daño a una bandera no significa dañar a lo que representa. No acabo de entender el porqué está penado dañar un trapo, la verdad...
Volviendo al tema principal de mi escrito de hoy, la bandera pirata ondeó en el mástil del Castillo hasta primera hora de la mañana del martes, cuando la detectaron y la cambiaron otra vez por la española, para que la población no la viese, pero lo importante ya estaba hecho y era el secuestro reivindicativo del grupo.
En su comunicado a la prensa, el grupo Luther Blisset, manifestaba que lo hacían debido a las continuas agresiones y vejaciones contra el territorio, sus agentes y su cultura por parte de los intereses empresariales afines a nuestros representantes políticos, con lo que estoy completamente de acuerdo. Además, señalaban que se debe terminar con la especulación inmobiliaria, con los gastos en infraestructuras innecesarias, con la represión social, con las prohibiciones culturales, con las privatizaciones que benefician sólo a unos pocos, con el amiguismo, con la promoción del transporte insostenible y con los políticos corruptos.
Me parece genial todo lo que reivindican y la manera en que lo han hecho, sin hacer daño a nadie como los terroristas, a pesar de ello han sido denunciados por el robo del trapo que había ondeando en el mástil. Reconozco que robar es delito, pero es tan original, que se podrían haber ahorrado la denuncia. Lo único que pretende este grupo es que haya un diálogo con los diferentes movimientos sociales dando mayor importancia a la movilidad, la memoria histórica, la cultura de base y la ecología y contraponiéndolos a los intereses de las élites dominantes. ¡Otro bravo por ellos!
No puedo estar más de acuerdo con lo que piden, ya que independientemente del color de los gobernantes, el PP en el ayuntamiento de Alicante, en la Diputación y en la Generalitat Valenciana, o el PSOE en el gobierno de España, está claro que hay siempre evidentes signos de amiguismo y corrupción política, que en el caso de la Comunidad Valenciana es realmente importante, pero a la justicia, o le da igual y no actúa, o va tan lenta que tardan muchísimo en juzgar a los políticos corruptos. Y lo mejor del caso, es que estos políticos corruptos en su mayoría, aunque se destape el escándalo, lo niegan y demuestran el desconocimiento total de lo que es servir al pueblo y no a sus propios intereses o de sus amiguetes, y de lo que significa la palabra dimisión. Aunque haya excepciones, como la del exdirigente del PSPV-PSOE, el señor Pla.
A ver si con protestas tan pacíficas y originales como éstas, los políticos se dan cuenta de que estamos hartos de su corrupción y de su especulación inmobiliaria, lo que ha llevado a que nuestro litoral y algunos paisajes de interior queden enormemente deteriorados por la construcción de grandes edificios y urbanizaciones en lugares donde no se debería poder edificar. Por suerte, la Unión Europea, y más tarde nuestro gobierno central se han dado cuenta de este grave problema, pero ya es tarde, porque el daño ya está hecho. Al menos espero que derriben muchos edificios y dejen de aparecer campos de golf por doquier, que no sé por qué, siempre llevan aparejados un buen número de casitas a su alrededor, ¿por qué será?
Espero que todos los dirigentes políticos comiencen a mirar un poco más por la ecología, y dejen de lado el ladrillo, así como por la opinión de los ciudadanos que les han votado, sin dejar de la lado la conservación de nuestro patrimonio, nuestra cultura y la reivindicación de la memoria histórica, para tratar de no cometer los mismos errores que en el pasado...
Y con esto termino por hoy. Espero que mis palabras, como siempre, no merezcan el castigo de la hoguera, y castigo al fuego purificador, no al grupo Luther Blisset, sino a todos los políticos corruptos que se comportan como auténticos piratas sin que les ocurra nada, y también a quienes creen más importante el robo del trapito de marras que todas las reivindicaciones que hizo ese grupo.
Os dejo con una foto, realizada por Cristina de Middel y publicada en el diario INFORMACIÓN del 30 de enero de 2008, para que comprobéis, queridos lectores, que la bandera pirata estuvo allí.
Cuando he dicho, en el párrafo anterior que para mí la bandera es un simple trapo, no me refiero sólo a la bandera española, sino a cualquier bandera, ya que sólo es un trozo de tela que representa algo que hay detrás de ella, como en este caso un país, pero para mí hacerle daño a una bandera no significa dañar a lo que representa. No acabo de entender el porqué está penado dañar un trapo, la verdad...
Volviendo al tema principal de mi escrito de hoy, la bandera pirata ondeó en el mástil del Castillo hasta primera hora de la mañana del martes, cuando la detectaron y la cambiaron otra vez por la española, para que la población no la viese, pero lo importante ya estaba hecho y era el secuestro reivindicativo del grupo.
En su comunicado a la prensa, el grupo Luther Blisset, manifestaba que lo hacían debido a las continuas agresiones y vejaciones contra el territorio, sus agentes y su cultura por parte de los intereses empresariales afines a nuestros representantes políticos, con lo que estoy completamente de acuerdo. Además, señalaban que se debe terminar con la especulación inmobiliaria, con los gastos en infraestructuras innecesarias, con la represión social, con las prohibiciones culturales, con las privatizaciones que benefician sólo a unos pocos, con el amiguismo, con la promoción del transporte insostenible y con los políticos corruptos.
Me parece genial todo lo que reivindican y la manera en que lo han hecho, sin hacer daño a nadie como los terroristas, a pesar de ello han sido denunciados por el robo del trapo que había ondeando en el mástil. Reconozco que robar es delito, pero es tan original, que se podrían haber ahorrado la denuncia. Lo único que pretende este grupo es que haya un diálogo con los diferentes movimientos sociales dando mayor importancia a la movilidad, la memoria histórica, la cultura de base y la ecología y contraponiéndolos a los intereses de las élites dominantes. ¡Otro bravo por ellos!
No puedo estar más de acuerdo con lo que piden, ya que independientemente del color de los gobernantes, el PP en el ayuntamiento de Alicante, en la Diputación y en la Generalitat Valenciana, o el PSOE en el gobierno de España, está claro que hay siempre evidentes signos de amiguismo y corrupción política, que en el caso de la Comunidad Valenciana es realmente importante, pero a la justicia, o le da igual y no actúa, o va tan lenta que tardan muchísimo en juzgar a los políticos corruptos. Y lo mejor del caso, es que estos políticos corruptos en su mayoría, aunque se destape el escándalo, lo niegan y demuestran el desconocimiento total de lo que es servir al pueblo y no a sus propios intereses o de sus amiguetes, y de lo que significa la palabra dimisión. Aunque haya excepciones, como la del exdirigente del PSPV-PSOE, el señor Pla.
A ver si con protestas tan pacíficas y originales como éstas, los políticos se dan cuenta de que estamos hartos de su corrupción y de su especulación inmobiliaria, lo que ha llevado a que nuestro litoral y algunos paisajes de interior queden enormemente deteriorados por la construcción de grandes edificios y urbanizaciones en lugares donde no se debería poder edificar. Por suerte, la Unión Europea, y más tarde nuestro gobierno central se han dado cuenta de este grave problema, pero ya es tarde, porque el daño ya está hecho. Al menos espero que derriben muchos edificios y dejen de aparecer campos de golf por doquier, que no sé por qué, siempre llevan aparejados un buen número de casitas a su alrededor, ¿por qué será?
Espero que todos los dirigentes políticos comiencen a mirar un poco más por la ecología, y dejen de lado el ladrillo, así como por la opinión de los ciudadanos que les han votado, sin dejar de la lado la conservación de nuestro patrimonio, nuestra cultura y la reivindicación de la memoria histórica, para tratar de no cometer los mismos errores que en el pasado...
Y con esto termino por hoy. Espero que mis palabras, como siempre, no merezcan el castigo de la hoguera, y castigo al fuego purificador, no al grupo Luther Blisset, sino a todos los políticos corruptos que se comportan como auténticos piratas sin que les ocurra nada, y también a quienes creen más importante el robo del trapito de marras que todas las reivindicaciones que hizo ese grupo.
Os dejo con una foto, realizada por Cristina de Middel y publicada en el diario INFORMACIÓN del 30 de enero de 2008, para que comprobéis, queridos lectores, que la bandera pirata estuvo allí.
¡Buenas noches!
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