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miércoles, 23 de enero de 2008

Sobre el color de la sangre...

Un poco más tarde de lo habitual, pero de momento fiel a mi cita con mi blog. He sufrido un pequeño percance culinario, un cortecito por el que ha brotado un poquito de mi roja sangre, pero nada preocupante que me impida seguir aquí ante la hoguera. En estos momentos no me puede pasar nada malo, pues ya es bastante vivir en un surrealismo artificial...
Pero el incidente, ver mi sangre de color rojo, me ha traído a la memoria algunas cuestiones, como por ejemplo, ¿existe la sangre verde? Todos hemos vistos películas de extraterrestres y cuando les hieren sale de ellos un líquido viscoso de color verdusco, pero eso no deja de ser ciencia ficción, pues nunca nadie ha visto un extraterrestre, ¿o si? No sé, no sé...
También me viene a la memoria que existe otro color de sangre, la sangre azul, ¿será éste también ciencia ficción? Vamos a ver, se dice que los monarcas y toda su amplia línea de sucesión posee sangre de color azul, pero sin embargo, cuando se cortan como yo, la sangre que sale de su cuerpo también es roja. ¿Dónde está esa sangre azul?
Nuestro querido monarca D. Juan Carlos de Borbón (el don creo que se pone a todas las personas que tienen estudios mínimos de bachiller, por eso se lo pongo) ha sufrido unos cuantos accidentes, recuerdo alguna fractura esquiando y algún que otro golpe, pero no recuerdo a ningún médico con cara de sorpresa por ver sangre de color azul, o manchas sobre la nieve de color azul, ¡qué raro! Por tanto, su sangre debe ser roja como la mía, y como la de todos los seres humanos pues.
Entonces no debe haber diferencia entre él y yo, pero el caso es que sí la hay, ya que él y sus ascendientes y descendientes gozan de privilegios que yo no puedo ni soñar, debido a que descienden de un linaje tremendamente injusto, que hace que el resto de personas se deban inclinar o incluso arrodillar ante ellos como si fueran el ser supremo. Al escribir esto último me han venido a la cabeza los últimos libros que he leído sobre el medievo, pero si no me engañan mis sentidos estamos ya en el siglo XXI, ¡y todavía se mantienen sus privilegios!
Bueno, al menos podemos alegar en favor de nuestro rey que es campechano y buena gente. Yo tengo la suerte de tener muchos amigos así, pero nunca reinarán, no tienen esos privilegios... Y tuvo un excelente comportamiento en el intento de golpe de estado del 81, como habríamos hecho cualquiera con dos dedos de frente en su lugar.
También se puede alegar que él ha sido preparado desde pequeño para ser rey, con una exquisita educación, clases de protocolo, etc y que por ello ha de tener siempre un saber estar ante cualquier situación que el resto de sangre roja no tenemos, debe ser casi perfecto vamos.
Pero hace poco demostró que tantos años de formación no sirven para nada, en el incidente con el maleducado Hugo Chávez, dejó escapar una frase que ya supera en popularidad al ¡No puedooor! de Chiquito: ¿Por qué no te callas? Ahí queda eso...
Un hombre con su sangre azul, con su formación y cultura, se comporta como nos podríamos haber comportado cualquiera de nosotros en una situación crítica, estallando claro. Pero el representa a nuestro estado, pienso que educadamente, dada su realeza, lo correcto habría sido decir: Señor Chávez, haga el favor de callarse que está usted interrumpiendo al Presidente de mi estado, pero no, se equivocó, como yo me equivoco también.
Luego no hay tanta diferencia entre él y yo, entonces yo también quiero sus privilegios, ¿qué me impide disfrutarlos? Él es un representante del estado que no tiene afiliación política, que permanece gobierne quien gobierne. Pues bien, se podría hacer un concurso oposición para ser rey o reina de España, y quién consiga la plaza la tendrá hasta que muera o se jubile, cuando se volverá a convocar la oposición. Me parece una buena solución, sí...
¿Y a vosotros? ¿No os gustaría? A ver si tenemos suerte y se convoca pronto, aunque será difícil, porque sólo hay que cubrir una plaza...
En fin, éstos son mis pensamientos en el día de hoy. Supongo que para muchos deben llevarme directamente a la hoguera con mi sangre roja, pero, ¿no sería más lógica abrasar en el fuego purificador a la sangre azul? Os recuerdo que en un país vecino, en lugar de quemarla lo que hicieron fue derramarla totalmente por medio de una cuchilla que caía desde lo alto, aunque aquí no seamos tan salvajes...
Y esto es todo por hoy, espero no haberos aburrido demasiado...
¡Buenas noches!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo en que habría que eleminiar los beneficios que la nobleza tiene por haber nacido hijos de quien lo son y, por supuesto, la figura del rey como Jefe de Estado. Sin embargo, creo que mejor que someter la elección del Jefe de Estado a una oposición, sería que ésta fuera votada. Si alguien tiene que vivir de nuestro trabajo, ¡qué menos que poder elegirlo!
¡¡¡VIVA LA REPÚBLICA!!!

Opinador Lenguaraz dijo...

Yo al contrario que tú, republicano, pienso que si esa persona fuese elegida por votación siempre habría partidismos, apoyos y amiguismos, como existen cuando votamos a los políticos. Es cierto que en Francia, lo hacen votando y no les va del todo mal.
Pero yo entiendo la figura del rey como un representante del pueblo, para mí el jefe de estado es el Presidente del Gobierno, y ése sí que debe ser votado, para que se pueda cambiar de partido si lo hace mal, claro.
Yo creo más en un sistema de oposición justo, que valore los méritos de los aspirantes, de modo que un tribunal seleccione al que más se ajuste al perfil buscado y al más preparado, cosa, que si es por votación, como vemos en muchas elecciones, el elegido no es el más preparado para el cargo y lo hace mal...
En fin republicano, gracias por tu aportación.
Un saludo.