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domingo, 1 de junio de 2008

Zapatero y su obsesión anticrisis.

Esta mañana me he levantado y escuchaba a Zapatero hablar en la radio. No ha hecho más que reafirmarme en mi opinión, y es que desde Suárez y González no ha habido un político que sobrepasase unos mínimos de decencia. Sus declaraciones de hoy me han reafirmado, ya que en el terreno económico se ha puesto a tirar de demagogia.

Es muy posible también que en mi mente haya idealizado a Suárez y a González, ya que por entonces yo aún no habría madurado lo suficiente como para entender los devaneos de la política, pero es que desde que puedo votar, la política da asco.

Parece que a Zapatero lo que le da asco es oír la palabra crisis. Es nombrar esa palabra: CRISIS, CRISIS, CRISIS..., y le dan como convulsiones y empieza a echar espumarajos por la boca, como si una rata infectada de rabia se hubiese entretenido en mordisquearle. Pero es muy probable también, que ahora la palabra pesimismo le esté haciendo sentir algo semejante.

Zapatero vive obsesionado con la creación de puestos de trabajo, lo que me parece muy bien, pero siempre dentro de unos límites, ya que hay más problemas en nuestro país. Según ha dicho hoy: "El pesimismo no crea un puesto de trabajo", lo que deja a las claras su opinión sobre la situación económica que atraviesa España.

Él espera obtener superávit en las cuentas estatales a final de año, por lo que señala que no hay que dar previsiones a lo loco. Ha dicho que en los últimos años se han obtenido resultados que eran superiores a las previsiones, lo que puede que sea cierto, pero no por ello se deben negar las evidencias.

Y la evidencia más terrible es que España, como toda la economía mundial está en crisis, la palabra maldita. Está claro que la economía mundial funciona por ciclos y ahora estamos en época de caída libre, espero que no sea como la de 1973. Para él resulta que no hay crisis, ni para él ni para Solbes, ya que cuando se aproximaban las elecciones se empeñaron en evitar el tema de la posible crisis económica. Pero eso sí, como muy bien apunta el mismo José Luis, ya en el segundo debate con, el ahora insignificante, Rajoy habló de ello, y que todo ha ocurrido como se preveía.

Ha recordado que habló de que había un proceso de desaceleración económica, para lo que planteó la inusual, pero deseada, (¡a ver si llega ya julio!), devolución de los 400 euros a los ciudadanos para estimular tanto la economía como el consumo. Pero, ¿por qué ese empeño en evitar la palabra crisis y hablar de desaceleración?

Para mí, que los términos aceleración y desaceleración me suenan mucho a física, la desaceleración es lo opuesto a la aceleración, esto es, disminuir la velocidad, o sea, frenar. Si hablamos de economía, hablar de desaceleración sería hablar de un frenazo económico. Y para un país que se encontraba en crecimiento económico, ¿ese frenazo no es una crisis? Rotundamente sí. Otra cosa es que este afectando más a unos que a otros. Como siempre, los más afectados son los más desfavorecidos y los que no han sabido nadar y guardar la ropa, que en este caso son los de la construcción, que pensaban que la gallina de los huevos de oro iba a vivir eternamente.

Por ello Zapatero ha señalado que hay datos que no son tan malos, como la producción industrial, siempre que no sea de piedra, mármol o materiales de construcción, claro; o como los servicios. Aunque francamente, ya que el turismo está englobado dentro del sector servicios, espero que llegue agosto para ver si de verdad todos los españolitos pueden irse de vacaciones.

Para mí nos encontramos ante una verdadera crisis, ya que el hecho de que no sea culpable nuestro Gobierno, sino una consecuencia de la macroeconomía mundial, no evita esa palabra. Hay diferentes factores que la sustentan: la subida de los precios, la inflación, la subida del petróleo, etc. Mi coche usa gasoil y ahora es más caro que la gasolina, pero ambos han subido una barbaridad, pero lo peor es que el petróleo afecta los precios de casi todo.

Zapatero ha tirado de demagogia para autoconvencerse y convencernos de que nuestro país “puede seguir avanzando, aún con el viento en contra, porque estamos preparados”. Y la preparación está basada en el superávit del que hablaba antes, parece que es infinito, y en este momento no entiendo cómo los bancos se van a atrever a financiar las inversiones de las empresas, y menos aún, cómo la construcción va a salir de su bache navegando contra corriente, ya que por desgracia, la construcción afecta a todos.

Tampoco me ha gustado su postura en cuanto al tema energético, ya que apuesta totalmente por las energías renovables, lo que sin duda está muy bien, pero aunque nos pese, no ha llegado todavía su momento. Creo que es imprescindible apostar por la energía nuclear de fabricación propia, y no importada, como posibilidad de hacer frente a los precios del petróleo y como medida de independencia energética, pues las energía renovables, como ya expliqué en otra ocasión, no se encuentran con opciones de liberarnos del yugo de los países de la OPEP.

Con esto termino ya por hoy esperando que mis palabras no me estén invitando a acercarme a las llamas, ya que según mi opinión el culpable y merecedor del castigo del fuego purificador no es otro que Zapatero por negarse a aceptar una realidad evidente como es la de la crisis económica que atraviesa nuestro país y por no buscar soluciones que realmente nos hagan más fuertes ante esa crisis. Tan sólo busca absurdos juegos de palabras para evitar nombrar su innombrable CRISIS.

¡Buenas noches!

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