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miércoles, 4 de junio de 2008

¿Es posible la teletransportación?

La verdad es que la realidad siempre acaba por superar a la ficción, por tanto el auténtico principio motor de la ciencia debería ser: todo lo imaginable es posible. Tal vez pueda pecar de iluso, pero con descubrimientos como el que se ha hecho en la Universidad de Valencia, uno piensa que todo se puede conseguir.

Así que, cuando Son Goku en Bola de Dragón Z volvió utilizando la técnica de teletransportación después de su gran batalla en Namek, tal vez estaba utilizando algún resultado de mecánica cuántica, enseñado a él por una civilización muy avanzada. Es importante señalar que Son Goku pecaba un poco de tonto, pero tal vez esa civilización gozaba de buenos profesores que le hicieron entender lo necesario para teletransportarse.

Tampoco hay que lanzar las campanas al vuelo, ya que aunque el descubrimiento me parece importante, su campo de aplicación será el de la Mecánica Cuántica claro, y no la realidad de la Física Clásica, es decir, la nuestra, nuestro mundo con nuestros cuerpos grandes y las velocidades pequeñas, comparado por ejemplo con el tamaño y la velocidad de un electrón.

Carlos Navarrete-Benlloch, Eugenio Roldán, y Germán J. de Valcárcel, (director del trabajo), investigadores del Departamento de Óptica de la Facultad de Físicacde la Universidad de Valencia han publicado un artículo en la revista “Physical Review Letters”. En él demuestran teóricamente una nueva forma de generar luz libre de fluctuaciones cuánticas, lo que podría llegar a tener aplicaciones consideradas hoy día de ciencia-ficción, como por ejemplo la teleportación.

Si bien, como ya he anticipado, eso no quiere decir que podamos transportar objetos o a nosotros mismos a distancia, sino que se habla de teleportacíón cuántica, esto es, en la escala del microcosmos, de momento.

Para no llevarse a errores hay que tener en cuenta que la teleportación cuántica es una técnica, por la cual se transfiere un estado cuántico a otro lugar situado a cualquier distancia, para lo que se usa un estado de entrelazamiento cuántico distribuido y se transmite cierta información clásica. En definitiva y para no llevarse a errores, la teleportación cuántica no transporta energía o materia, ni permite la comunicación de información a una velocidad superior a la de la luz, pero tiene mucha utilidad en comunicación y computación cuánticas. ¡Nuestro gozo en un pozo! ¡Goku no la puede usar!

Para quien sepa de computación y le interese saber un poco sobre el tema, os diré que la computación cuántica es un sistema de computación diferente a la computación clásica. En él se usan qubits en lugar de bits, y ello da lugar a la aparición de nuevas puertas lógicas que hacen posibles nuevos algoritmos. La ventaja de la computación cuántica es que su complejidad es diferente a la clásica, lo que puede llevar a que algunos problemas intratables pasan a ser tratables. Ello es debido fundamentalmente a que la computación cuántica tiene carácter indeterminista (juega con probabilidades), como toda la Mecánica Cuántica.

Por ejemplo, en la Física Clásica, si yo estoy sentado delante de mi ordenador escribiendo, la probabilidad de estar en ese lugar es 1, es decir, certeza, pero la Mecánica Cuántica trabaja en el microcosmos, y de una partícula más pequeña, como un electrón, no se puede afirmar que esté en un sitio, sino que tiene una probabilidad de estar ahí, pero también de estar a la vez en otro lugar, ¡qué mareo!, ¿no?

Volviendo al descubrimiento de los investigadores de la Universidad de Valencia, lo que han descubierto es una nueva forma de generar luz “comprimida”, la cual es imprescindible en ciertas aplicaciones, como los protocolos de información cuántica o la detección de ondas gravitacionales, que se sitúan en la frontera de lo que los físicos pueden hacer hoy en día.

Y un poquito más de ciencia. Este fenómeno se basa en la ruptura espontánea de simetría espacial (la simetría que todos conocemos) que puede ocurrir en los haces de luz emitidos por algunos dispositivos ópticos. La luz que se emite según su nuevo procedimiento presenta mejores características que la luz "comprimida" que se genera en los laboratorios mediante técnicas usuales. Su mayor importancia reside en el hecho de que su compresión cuántica podría ser idealmente perfecta e independiente de las condiciones de funcionamiento del dispositivo generador.

El dispositivo se denomina oscilador óptico paramétrico, y es el que se empleaba usualmente. Presenta una cavidad óptica, que es un cristal situado entre dos espejos paralelos entre sí, sobre la que se emite la luz procedente de un láser. Puede parecer poco lo que han hecho estos investigadores, ya que lo que han hecho es coger una separación entre los espejos que permite que se rompa la simetría, con lo que desaparecen las fluctuaciones cuánticas, pero tiene una gran importancia para cualquiera que entienda un poco de ese tema.

El motivo es que las fluctuaciones cuánticas están por todas partes, como por ejemplo en la luz emitida por un láser, y lo que es peor, limitan muchísimo la precisión con la que se puede medir magnitudes haciendo uso de la luz. Por ejemplo, cuando queremos ver una partícula pequeña a través de un microscopio lo que hacemos es enviarle luz para que se vea. Pero la luz se puede considerar compuesta por partículas, fotones, que al incidir sobre la partícula la golpean y la mueven, dicho vulgarmente, he ahí una imprecisión de la medida.

Por tanto, lo que han descubierto esos investigadores tiene que ver con técnicas de metrología tremendamente precisas, lo que se podrá aplicar par medir los pequeños desplazamientos de las ondas gravitacionales o de la teleportación. Vuelvo a hacer hincapié en que al hablar de teleportación no se transportarán enormes cuerpos como los nuestros o el de Goku.

Tal vez después de este artículo, un poco erudito yo merezca ir a la hoguera, pero creo que no. Siempre me podéis preguntar escribiéndome a mi correo claro. Sin lugar a dudas, para mí y como ya he señalado otras veces, los merecedores del castigo del fuego purificador son todos los que no tienen una mentalidad abierta y no creen o impiden los avances de la ciencia por ello. Lo que sin duda históricamente ha sido un grave problema...

¡Buenas noches!

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