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sábado, 9 de agosto de 2008

Es verano, ¡ojo con los incendios forestales!

Parece ser que a día de hoy el enorme incendio de Zaragoza sigue sin estar controlado. Y eso a pesar de las palabras de la ministra Carmen Chacón, quien, como la mayoría de los políticos no sabe mantener cerrada su boca y habla antes de tiempo, ya que hace unos días dijo que sí que lo estaba, y que no se atrevía a decir extinguido pero que prácticamente así era. Nada más lejos de la realidad...


El viento está dificultando las labores de extinción de ese incendio, y es que el cierzo, siempre sopla fuerte, lo que no sé es la razón por la que quienes deben de dar ejemplo lanzan rápidamente las campanas al vuelo, ¡si los ciudadanos de a pie hiciésemos lo mismo! En realidad, y según fuentes más fidedignas que la ministra todo parece indicar que durante este fin de semana sí que se podría acabar con el incendio.

La verdad es que con éste y algún otro, son pocos los incendios que nos han asaltado este verano y eso es un motivo para la alegría, ya que tenemos una tradición de incendios veraniegos que asusta al más pintado. Y si consideramos la Comunidad Valenciana todavía más.

Para todos los que me leéis debe resultar evidente que los incendios son muy dañinos para el medio ambiente, así como para la vida en nuestro planeta, ya que los árboles y cualquier tipo de vegetación son muy pero que muy necesarios.

El principal problema que causan los incendios es la deforestación, esto es la pérdida de masa forestal de la zona incendiada. Pero ese grave problema tiene enormes consecuencias, y no sólo para la zona quemada. Normalmente, en muchos incendios se quema parte de la tierra que hay debajo, que es la más rica en nutrientes, con lo que es difícil para la vegetación volver a arraigar. Además, la fauna de la zona pierde su cobijo y en algunos casos lo que le sirve para alimentarse, si es que no perecen en el mismo incendio...

La deforestación también está ligada al cambio climático. Es de dominio público que las plantas realizan de día, y gracias a la luz solar, la fotosíntesis, muy necesaria para su vida, pero también para la nuestra, pues cuando la realizan toman CO2 de su alrededor y producen oxígeno, tan importante para nuestra respiración, pero también muy importante para eliminar el CO2 antes de que se aloje en la atmósfera, pues es el principal causante del efecto invernadero, que como todos sabemos está provocando el calentamiento global del planeta. Además, la ausencia de vegetación impide las lluvias, con lo que se entra en un círculo vicioso, ya que al no tener plantas, no llueve, y como no llueve, no crecen las plantas, y se seca la tierra, con lo que también se produce sequía. Y todo ello se puede derivar de un simple incendio, ¡a ver si así se lo piensan más los pirómanos!

Por desgracia, la mayor parte de los incendios tienen causas antropogénicas, es decir, que se producen por la intervención del ser humano, lo que no quiere decir que sean provocados. De hecho, el incendio de Zaragoza, a pesar de ser producido por el ser humano no fue provocado, ya que lo que menos pensaban los que chocaron con su coche y produjeron el incendio era en provocarlo claro.

Muchas veces el ser humano, por descuido (colillas mal apagadas, hogueras mal realizadas, trozos de cristales abandonados, etc.) o por cosas que escapan a su control, como por ejemplo las chispas fortuitas que se producen a lo largo de las redes de alta tensión, es el que produce los incendios. Sin embargo, los incendios de origen natural escasean, como podría ser la caída de un rayo en una tormenta veraniega.

Pero la conciencia social ha ido aumentando, lo que unido a duras sanciones, ha provocado que todo el mundo sea más cuidadoso y respetuoso, y que siga siempre las orientaciones de los agentes forestales cuando hacen salidas al campo. Aún así sigue quedando gente que no se da por aludida y hace lo que le da la gana, lo que no está nada bien. Y eso que con las campañas publicitarias de los últimos años se ha conseguido mucho.

Los peores sin lugar a dudas, y los que más daño producen a los que amamos de verdad al medio ambiente, son los incendios provocados. Sus principales causas siempre han sido socioeconómicas, unidas a algunos casos de pirómanos que requerían tratamiento. Hace algunos años eran habituales los incendios que provocaban las industrias madereras o papeleras para poder talar árboles y seguir amasando su dinero. Por suerte, impidiendo que las citadas industrias tuviesen acceso a los árboles quemados se consiguió atajar ese problema, me gustaría pensar que definitivamente. En este caso los políticos supieron resolver el problema.

En los casos en que los políticos ya no estuvieron tan atinados son aquellos en los que se quemaba una extensión de bosque para que se pudiese recalificar el terreno y así construir viviendas o incluso macrourbanizaciones. En este caso los políticos ya no fueron tan eficientes, porque la construcción siempre ha untado a la política, y claro, a un político no le toques su pan, ni su BMW...

Recuerdo como algo que me llegó al alma el caso de Terra Mítica. Todos los veranos hacía una excursión y pasaba por donde ahora está ese parque de atracciones que nunca he pisado, y allí veía una bonita arboleda. Un año, en lugar de ver esa bosquecillo, lo que vi fue un conjunto de árboles quemados, y al año siguiente ya vi crecer al nuevo parque de atracciones, ¡qué casualidad!, ¿verdad?

Para evitar este tipo de actuaciones es necesaria una legislación estatal que sirva de verdad y que impida recalificar los terrenos asolados por un incendio en siglos, sin que se pueda cambiar. ¿Nuestros corruptos representantes lo admitirán? Algo se ha andado ya...

Como también se ha andado mucho en la prevención y en la extinción de incendios forestales, pues ya existen unidades del ejército, que se encuentran muy bien preparadas y con los medios adecuados para poder minimizar los daños producidos por un incendio. Por supuesto siempre debería quedar lugar para los muchos que como yo irían gustosamente como voluntarios para ayudar en todo lo que sea posible.

En fin, esto es todo por hoy. Supongo que las palabras de hoy no deberían llevarme a la hoguera, ya que los merecedores del castigo del fuego purificador, nunca mejor dicho, son todos eso indeseables que provocan incendios en beneficio propio, como también los que no respetan las normas y acaban provocando más incendios, por el simple, pero por desgracia, habitual hecho de tirar una colilla a la cuneta desde sus coches. ¿Y por qué no? También para alguna ministra que se aprovecha de un incendio para vender humo acerca de las virtudes de su gobierno, aunque al menos con este gobierno, la ministra no se va de caza en plena catástrofe.

¡Buenas noches!

2 comentarios:

Train dijo...

También se ha provocado algún incendio en el pasado para poder construír luego en el terreno...ahora ya se intenta repoblar, pero como la erosión parece más urgente que la biodiversidad se plantan sólo pinos y a otra cosa mariposa (será que es lo más barato también).

Opinador Lenguaraz dijo...

Así es Train, se quemaban bosques enteros de gran extensión para poder construir y especular luego con el maldito terreno. Por desgracia creo que eso no ha terminado aunque tenemos una mejor legislación para controlarlo, pero quedan trampas legales que algunos han aprovechado...
Y sí, los pinos deben ser lo más barato y de lo que menos trabajo da, de mantenimiento se entiende... Se debería repoblar con lo que había allí antes del incendio.
Gracias por tu comentario.
Un saludo.