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lunes, 11 de febrero de 2008

Sobre la Iglesia, la Política y el Infierno...

Bueno queridos lectores, una vez concluida mi encuesta sobre si la Iglesia Católica debe decir a sus feligreses a quién deben votar, hoy voy a proceder a un breve análisis de sus resultados. Como en la encuesta anterior, el espectro ha sido muy pequeño, ya que tan sólo 14 personas han votado, pero en su gran mayoría (11) piensan que la Iglesia no debe meterse en política, dos votantes creen que sí que debe decir a quién votar y a una persona le da igual porque no piensa votar. Por tanto, y pese al pequeño espectro, la conclusión es clara, mis lectores creen que la Iglesia no debe meterse en política, lo que está de acuerdo con mi artículo previo a la encuesta del 1 de Febrero: ¿Por qué no te callas Conferencia Episcopal?, que ha tenido repercusión más allá de este blog y que recomiendo a los que no lo hayáis leído que lo hagáis, así como el artículo del 24 de Enero: Una solución a la pobreza mundial, puesto que hoy, y debido a las palabras del Papa Benedicto XVI en el inicio de esta cuaresma, voy a tomar ideas que ya publiqué en ellos para enfrentarme al número uno del catolicismo, o más bien, para estar de acuerdo con él, pero de forma que él nunca admitirá...
Nuestro querido Papa Benedicto XVI, durante un encuentro con párrocos romanos declaró que el Infierno sí existe, contradiciendo las ideas del anterior Papa, Juan Pablo II, que defendió durante su pontificado que el Cielo no es un lugar físico entre las nubes y que el Infierno tampoco es un lugar, sino la situación de quién se aparta de Dios. Parece que los dos últimos pontífices, a los que se les supone conexión directa con Dios, no lo escuchan en la misma frecuencia, o hay tantas interferencias a su alrededor que no pueden escuchar con claridad la palabra de Dios.
Benedicto XVI sostuvo también que en estos momentos se habla poco del pecado, y eso que se ha llegado a decir que consultar el horóscopo es pecado, y que hoy en día se hacen muy pocas referencias al paraíso y al infierno. Además, advirtió que quien no conoce el juicio final, no conoce la posibilidad del fracaso y la necesidad de la redención y que quien no trabaja para el paraíso no trabaja ni siquiera por el bien de los hombres en la Tierra, que se lo digan por ejemplo a los cooperantes del Rally Dakar que a pesar de todo, han llevado sus medicinas a los hospitales sin trabajar para el paraíso...
Joseph Ratzinger también advirtió a los fieles que la salvación no es inmediata ni llegará para todos, por lo que quiso destacar la posibilidad real de ir al infierno. Hay que hacer notar que no es la primera vez que señala estos aspectos puesto que en su encíclica "Spe Salvi" ya abordaba el tema del infierno y del juicio. La carta papal reafirma la existencia del Purgatorio y del Infierno y une el motivo de la esperanza cristiana a la justicia divina.
Así, en el pasado Abril de 2007 el Pontífice dijo que el infierno, del que se habla poco en este tiempo, existe y es eterno para los que cierran su corazón a Dios. También que muchas personas, creyentes incluidos, se han olvidado que si no admiten la culpa y la promesa de no volver a pecar, se arriesgan a una condena eterna: el Infierno. Dijo también que nuestro verdadero enemigo es unirse al pecado que puede llevarnos a la quiebra de nuestra existencia y que sólo el perdón divino nos da la fuerza de resistir el mal y no pecar más. Para continuar, destacando que Dios es justicia y sobre todo amor: si odia el pecado es porque ama infinitamente a toda persona humana; y asegurando que Dios siente un amor tan grande que no se deja desanimar por ningún rechazo. Por último el Pontífice invitó a los fieles católicos a seguir como ejemplo el comportamiento de Jesús y de hacer del amor y del perdón el corazón batiente de la vida. Bonitas palabras sí, pero lástima que en boca de quién las dice no sean más que pura hipocresía...
Todos los que habéis leído los artículos que he citado tendréis muy claro que estoy de acuerdo con las palabras que dice Benedicto XVI, el problema es que ni él, ni sus cardenales, ni muchos seguidores están de acuerdo con sus propias palabras. Para ser más exactos, digamos que están de acuerdo en decir esas palabras, pero no en realizar lo que de esas palabras se deriva, ya que me reitero en que los mandatarios de la Iglesia no siguen el comportamiento de Jesús, pues Éste no se dedicó a acumular poder y repartía sus escasos bienes entre los más necesitados, cosa que como ya demostré no hace la Iglesia, dedicándose a guardar y conservar sus tesoros, en lugar de usarlos para paliar el hambre en el mundo, ¡llegan incluso a cobrar por ver sus tesoros! Y digo yo..., ¿la avaricia era un pecado capital? Sí, luego el pecado sí está presente en nuestra sociedad, sobretodo en la Iglesia, que no es más que un cúmulo de avaros que no podrán entrar al Cielo por el mero hecho de ser ricos y no compartir sus grandes riquezas con los más necesitados.
¿Y en cuánto al perdón? La Iglesia tiene una larga trayectoria histórica de perdón, sí, basta recordar como ayudados por los invasores españoles impartieron el perdón entre las tribus indígenas de América del Sur. Basta también con recordar cómo la Inquisición perdonaba siempre a los herejes, es decir, a ellos mismos, que eran los auténticos herejes, puesto que a los inocentes los torturaban y quemaban en hogueras, ¡ése era su perdón divino! Pero no hace falta irse tan lejos, no hay más que ver los mártires de la guerra civil española, ¿todos en el bando azul?, ¿no murió nadie del bando rojo? Otra muestra de perdón. Como estoy seguro, que también perdonarán las "graves ofensas" que el actual gobierno español ha hecho a la doctrina de la Iglesia, que no a la de Dios, claro.
Jesús nunca prohibió a nadie acercarse a Él, no le tenía miedo a los leprosos, ni a las prostitutas. De homosexuales creo que no se habla en el Nuevo Testamento, aunque sí en el Antiguo (Sodoma y Gomorra). ¿Creéis que Jesús se habría negado a que le acompañasen los homosexuales? ¡Pues claramente no! También son hijos de Dios, aunque no así para la Iglesia, a pesar de haber párrocos que han salido del armario, cosa que siempre me ha extrañado, ya que hacen un voto de castidad... Una de las mejores amigas de Jesús fue la Magdalena, que era prostituta, ¿creéis que Él hubiese permitido que estuviese expuesta a contraer el virus del SIDA o cualquier otra enfermedad venérea obligándola a no usar preservativos si viviesen en nuestro tiempo? Yo creo que no... Incluso Jesús decía: Dejad que los niños se acerquen a mí, pero no creo que tuviese la intención que han visto en estas palabras algunos curas pederastas, que por supuesto no han sido ni excomulgados ni quemados en la hoguera por el Vaticano, puesto que han hecho lo que mejor saben hacer allí: mirar para otro lado...
Así pues, señor Ratzinger, Dios odia el pecado, pero el pecado se está fomentando desde el Vaticano, es allí donde más se habla del pecado aunque sea para esconderlo a las miradas ajenas y así poder perdonarlo, para estar en paz con Dios. Y por supuesto, también estoy de acuerdo en que el Infierno existe, y está aquí mismo, no muy lejos, donde habita la antítesis de Dios, el Demonio, donde habitan los que no siguen la doctrina de Dios, atreviéndose a pedir a sus fieles que sí la sigan, los curas. Luego, ¿dónde está el Infierno?, donde habita el Demonio, en el Vaticano, en la mismísima Iglesia, ya que la Iglesia no cree en Dios pues hace caso omiso a sus palabras, por tanto Dios tampoco cree en una Iglesia manejada por el mismísimo Diablo, pues fomenta la intolerancia, la tortura y muchas cosas peores.
Por suerte Dios sigue teniendo los templos que prefiere que son los corazones de los hombres de buena voluntad, independientemente de que crean o no en la Iglesia. Dios vive en los hombres que hacen el bien, a pesar de que usen su cerebro para dudar de todo, pues el mismo Dios se lo ha dado para eso.
Así pues amigo Ratzinger, usted y yo estamos de acuerdo. El Infierno existe y es eterno, la diferencia es que yo pienso que la curia ya está en él, mientras que usted trata de meter el miedo en el cuerpo de sus feligreses, para que hagan lo que usted diga, sin pensar, porque si lo hacen abandonarán la Iglesia y se refugiarán en su propio corazón, que es la auténtica casa de Dios.
Con esto me despido por hoy, sabiendo que mis palabras me llevan directo a la hoguera, pero sabiéndome inocente ante los ojos de Dios porque comprende mis palabras y cree en ellas más que en la Iglesia, en la que insisto: no cree. Por ello nuevamente declaro merecedores del castigo del fuego purificador a toda la curia, los que no siguen las enseñanzas de Dios claro, y a los que ya viven en el eterno Infierno, que no es otra cosa que el Vaticano.
Y vosotros lectores, ¿qué opináis?, ¿estáis de acuerdo conmigo?
¡Buenas noches!

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