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Desde aquí doy la bienvenida a todo el que desee leer mis opiniones en un lugar donde la indiferencia no tiene lugar.

sábado, 19 de julio de 2008

¡Aleluya dijo el cura, digo el Papa!

Parece ser que poco a poco el Papa Benedicto XVI va entrando en razón, a pesar de que algunos traten de sacarle vínculos con un pasado hitleriano.

Así, el Papa ha reconocido hoy en Australia, la vergüenza que padece la Iglesia Católica debido a la existencia en ese país de pederastas entre sus filas de sacerdotes, los cuales abusaron de menores indefensos. Estas palabras vienen a sumarse a las que no hace mucho ya pronunciara en Estados Unidos, donde el escándalo fue todavía mayor.

Me parece muy bien que poco a poco vaya cambiando la actitud de la Iglesia contra estos desalmados, pero crean que faltan acciones drásticas contra esos hechos, no sólo palabras, que como todos sabemos se las lleva el viento.

Comparado con lo que dijo en el país del tonto de Bush, en Australia ha pasdo más de puntillas por el tema, con un pobre reconocimiento de la vergüenza y una tímida condena. Pero al menos, ha pedido que los responsables sean llevados a la Justicia. Y digo yo que se refiere a la Justicia de nuestro mundo, y no al Juicio Final, porque de ser así, apañados vamos...

Lo mejor de sus palabras en la homilía que daba ha sido reconocer, como buen cristiano, que las víctimas deben recibir compasión y cuidado, que está muy apenado por el dolor y el sufrimiento que las víctimas han padecido y que semejantes fechorías constituyen una grave traición a la confianza que se tenía en los sacerdotes, por lo que merecen una condena, pues además han causado un gran dolor y un gran daño al testimonio de la Iglesia.

Bien, esperemos que corran nuevos vientos en la Iglesia, ya que como luego comentaré las palabras de alguno de sus secuaces no encajan con este nuevo espíritu, como el del giro al centro pepero. Pero yo quiero reflexionar un poco el hecho de si unas meras palabras son suficientes, lo que a todas luces me parece que no.

Como en alguna ocasión ya comenté, la actitud de la Iglesia hasta ahora, en esos temas tan inhumanos como la pederastia ha sido vergonzosa. No olvidemos que detrás de ello, además del delito de pederastia, se esconden entre otras cosas la homosexualidad, tan mal vista por la Iglesia, ya que la mayoría de las víctimas de los abusos son niños, y no niñas; pero en el caso de que sean niñas, algunas se han podido ver en la necesidad de abortar, y estas se han encontrado con la postura contraria de la Iglesia, cuando un miembro del clero era el padre, que no el Padre, de la criatura en ciernes. Por supuesto, no cabe duda de que un pederasta también ha violado su celibato, no sólo al menor, pero claro, es muy fácil hacer promesas que a lo largo del tiempo no se piensan cumplir...

En fin, no me gusta nada la actitud que ha tenido la Iglesia con los sacerdotes culpables de pederastia, que no ha sido otra que esconderlos para que no se supiesen los hechos. ¿Cómo? Pues de una manera muy sencilla, si se enteraban de que algún sacerdote era pederasta se le trasladaba para que se olvidara el asunto, por tanto los sacerdotes pederastas seguían siendo sacerdotes, no se les secularizaba; e incluso se pagaba a las familias de las víctimas de sus abusos para que retirasen las denuncias, una actitud sin duda muy cristiana...

Esa actitud resalta más todavía con las penas que pone la Iglesia a los que faltan gravemente a sus mandamientos, como la excomunión. Por ejemplo, el caso que ya he nombrado de una niña violada por un cura. Dicha niña por el hecho de abortar era comparable a Satanás, luego debía ser excomulgada, pero su violador no era ni mucho menos excomulgado, sino que seguía siendo sacerdote. Un claro ejemplo de la justicia divina en la Tierra.

Pero bueno, ahora parece que la cosa va a cambiar, ya que el Papa se avergüenza por ello, ¿es suficiente? Claramente no. Yo me avergüenzo de esta Iglesia y del Papa como conjunto de seres humanos sin humanidad y apartados de la doctrina de Dios. Yo creo que el Papa, como cabeza visible de la Iglesia, en lugar de avergonzarse, debería denunciar y llevar ante la Justicia, y no sólo como ha dicho que sean llevados ante ella, por otros claro, pues la Iglesia tiene nombres y apellidos de los curas pederastas, y el lugar donde ahora residen. Estoy seguro que si siguen sin denunciarlos ellos mismos, su Dios se seguirá retorciendo de dolor en su Cielo.

Por otra parte espero que las víctimas de estos abusos sean tratadas de una forma más correcta por la Iglesia, ya que pedir perdón no es lo único que la Iglesia les debe. Por desgracia, los efectos de los abusos sexuales se padecen en ocasiones durante toda la vida, incluso después de muertos los curas pederastas, y por supuesto, no es una buena compensación el dinero, sino la Justicia, que esos curillas sean condenados a prisión como el resto de los mortales, y que compartan celdas con presos comunes.

Pero para demostrar que las palabras del Papa pueden caer en saco roto, están las palabras de un obispo, el señor Anthony Fisher, coordinador de la Jornada Mundial de la Juventud donde participaba el Papa. Este obispo, no tenía otra cosa que hacer para avivar todavía más la polémica que criticar a las víctimas por seguir haciendo lutos excéntricos con las heridas del pasado. ¡Toma ya! ¿Y este tipejo es un seguidor de Cristo? Pues mejor ser no seguidor, ya que los que hablan así merecerían ser las víctimas del próximo caso de abusos sexuales. Así que señor Fisher, ¡a cuatro patas!

En fin, con estas palabras tan inmorales de alguien que debería ser ejemplo de moral, lo dejo por hoy. Seguro que mis palabras merecerán hoy el castigo de la hoguera para los herejes que se atreven a decir que son la Iglesia, sin embargo, los merecedores del castigo del fuego purificador son esos miembros de la Iglesia que ocultan a esos delincuentes de la más baja calaña, y que aunque su líder, el Papa, de visos de cambiar, sus mentes cerradas les impiden el cambio.

¡Buenas noches!


jueves, 17 de julio de 2008

Fiestas y desgracias del ajedrez en Novelda.

Tras unos problemas con la conexión a Internet y con la desgana típica del periodo vacacional hoy puedo volver a escribir un rato.

En mi último artículo comenzaba hablando de que el día 29 de junio fue una fiesta para el ajedrez noveldense debido a la presencia del Gran Maestro Nigel Short, quien dio unas estupendas simultáneas sin perder ninguna. Lo único malo que se puede decir de ese hecho es que las simultáneas tuvieron lugar al aire libre, en el Parque del Oeste, lo cual, según mi entender, no es lo más adecuado para jugar a ajedrez, y más teniendo en cuenta que Nigel Short es alérgico a algunos árboles de los que allí había, lo que le supuso un sufrimiento extra a la hora de jugar las partida, aunque no le afectó a los resultados.

Pero para el ajedrez noveldense no todos los días son fiesta, sobre todo desde la aparición en escena de cierto “amante” del ajedrez cuyas iniciales son J.G.T., quien se ha empeñado con su actitud en crear una gran desunión entre todos los ajedrecistas de Novelda que juegan al ajedrez. Por suerte, poco a poco esto se ha ido superando, aunque no por la actitud de J.G.T., al que llamaré Jesús.

Tal vez me lo hayan contado, tal vez lo viví en mis carnes, pero lo cierto es que este Jesús no demuestra ningún amor por el ajedrez. Aunque la verdad es que es entrenador o monitor desde hace más de veinte años, con lo cual se le podría haber incrustado un poco de esa nobleza de la que hacía gracia su maestro de ajedrez en el ya perdido colegio Cervantes.

Analizándolo detenidamente, la verdad es que a alguien que se dedica más de veinte años a hacer algo, le debería gustar, pero en su caso no lo tengo claro. Lo que sí tengo claro es que lo que de verdad le gusta a Jesús es ganar, pero sea como sea, sin importarle si es legal o no, ya que es un auténtico tramposo, no sé cómo será en los demás ámbitos de su vida, que son los que de verdad importan, supongo que sus más íntimos sí que lo sabrán.

Todo empezó cuando Jesús, que era maestro del colegio Padre Dehón, decidió montar un pequeño equipo de ajedrez y participar en los campeonatos escolares. Bueno, quien dice participar dice ganar, aunque para ello hubiese que saltarse las leyes del ajedrez, y en general de toda práctica deportiva.

A mediados de los años ochenta se jugaba ajedrez en los colegios sin reloj claro, pues nadie imaginaba que alguien pudiese aprovecharse de ello para ganar partidas. Pero hubo un día en que sus jugadores trataron de aprovechar la ausencia de reloj, ¿cómo?, pues pensando sin límite, aunque no sé si pensarían en la partida o en la mona de pascua, ya que hacían durar las partidas desde las cinco y media de la tarde hasta cerca de las once. Algunos de los jugadores rivales llegaban a hacer su movimiento y se iban a jugar a baloncesto hasta que al jugador de turno de Jesús le venía bien jugar y lo hacía. Incluso llegó a ganar partidas porque los padres de sus jugadores rivales, que recordemos que eran niños, iban a por su hijo muy enfadados ya entrada la noche. Triste pero cierto...

Esto no es todo claro. Una vez llegó a intervenir sutilmente en el desarrollo de una partida de sus pupilos, diciendo al entrenador rival: “Diego, en esta posición, ¿se puede enrocar?” Lo que podría parecer una nimiedad, pero lo cierto es que le estaba diciendo a su jugador que se enrocase, lo que para quien no lo sepa es una jugada del ajedrez. Pero el futuro siempre es incierto, ya que tanto ese entrenador, Diego, como uno de sus jugadores rivales son ahora compañeros de trabajo de Jesús, ¿qué deben pensar cuando le miran a la cara? No creo que sean rencorosos, ya que de ser así lo único que verían es la cara de Jesús con una pegatina en la frente en la que pone en letras bien grandes: TRAMPOSO.

Otro hecho que puede dar muestra de su auténtico amor hacia el ajedrez, y también de su bonita manera de tratar a los niños, es lo que le hizo a un chaval al que le gustaba ir los sábados a jugar a ajedrez a su colegio, ya que a ese pobre le gustaba mucho el ajedrez, y no sabía dónde practicarlo los sábados. Por ello ese niño iba al Dehón, pero lo que nunca esperaría nadie es que Jesús, para mis inri maestro de escuela, le dijese que se fuera, nada menos que porque iba a entrenarse con sus jugadores. Querido Jesús, donde lo de querido no es más que una ironía, ¿eso es forma de tratar a un niño? Sólo por cosas como esa no deberías trabajar en lo que trabajas, sino dedicarte al noble oficio de matón a sueldo.

Quiero dejar claro que los chavales a los que entrenaba no tenían ninguna culpa de la manera en que su “entrenador” les formaba, ya que algunos han llegado a ser buenos jugadores a pesar de él, y también buenas personas, muy a pesar de él claro.

Podría seguir y seguir contando anécdotas de sus trampas como entrenador de ajedrez de colegio, pero creo que tampoco merece la pena, aunque en un próximo artículo hablaré de cómo Jesús sigue haciendo trampas hoy día como capitán de su equipo, y cómo todavía se atreve a tildar a otros muchos de tramposos.

Por supuesto, para quien no lo sepa, Jesús sigue dando clases de ajedrez en Novelda, en las que sólo enseña a los niños la manera más fácil de ganar, esto es planteando celadas, ya que sus rivales no las conocen, y así obtienen triunfos, pero sólo hasta que sus rivales conocen esas absurdas celaditas, pues sus rivales suelen tener una mayor formación ajedrecística.

Además de dar clases de ajedrez se dedica a despotricar contra los miembros de otro equipo de ajedrez de Novelda, acusándolos por ejemplo de tramposos, ¡las balas se vuelven contra la escopeta! Y los niños, que son sólo niños, le creen, que es lo peor. Por supuesto, entre esos niños, están sus hijos, ya creciditos, a los que no deja participar en ninguna competición organizada por el otro club de Novelda, y es que cree el ladrón que todos son de su condición.

Con esto lo dejo por hoy, que otro día ya hablaré de Jesús como capitán, delegado federativo, etc. Espero que mis palabras no sean merecedoras de ir a la hoguera, ya que yo no soy quien debe ser quemado hoy. Por ello desde mi lugar, declaro merecedor del castigo del fuego purificador a Jesús G.T. por su nefasta actitud humana, y por ser un enorme tramposo y difamador, en lo que le secunda alguna gente un poco ciega, como padres de sus pupilos o escritores de la prensa local que creen a pies juntillas todo lo que Jesús les manda publicar sin contrastarlo mínimamente.

¡Buenas noches!