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lunes, 1 de marzo de 2010

Martina 1 - Tsunami 0

De entre los titulares de prensa de hoy, he de reconocer que el que más me ha cautivado ha sido el siguiente, que he visto en la edición digital del diario Público:

Una niña de 12 años salvó a cientos de personas del tsunami.

A lo que yo replico con mi Contratitular:

Martina 1 - Tsunami 0

Y es que no es para menos, pues una pequeña niña de 12 añitos ha vencido a todo un tsunami evitando que muriesen ahogadas cientos de personas.

Parece ser que la niña Martina Maturana hablaba con su abuelo, cuando éste le contó lo sucedido con el terremoto en Chile, poniéndose la niña en alerta, y cuando se enteró de la magnitud del terremoto, observó por la ventana que las barcas se alzaban y chocaban entre sí en el mar, por lo que salió disparada a tocar el gong que hay en una plaza de la isla Robinson Crusoe. De esta forma alertó a otros lugareños del peligro, que tocaron las campanas avisando a la población, que así alertada, gracias a la niña, se puso a salvo en las zonas más altas de la isla.

Realmente es una auténtica heroína esta niña, pues a mediodía he podido ver en televisión como la fuerza del tsunami devastaba la isla Robinson Crusoe, por lo que resultaba increible que se haya podido salvar casi toda su población, pero ahora sé que ha sido gracias a la niña Martina, que venció al tsunami salvando a los habitantes de su isla.

Lo más chocante es que una inocente niña haya sido capaz de realizar tan heroica acción, mientras que en Chile se han sucedido las acciones de pillaje y robo entre gente adulta, que realizaba esos delitos en lugar de ayudar a sus semejantes, como hizo Martina. Tal vez los seres humanos seríamos mucho mejores si fuésemos capaces de aprender de los niños, esto es, de recordar las pocas cosas que nos importaban de verdad siendo niños, entre las que estaba la vida de nuestros amigos y seres queridos. Ésos a los que como bien sabe Martina, es necesario salvar a toda costa...

Por ello, querida Martina, muchísimas gracias por tu heroica acción, que he me ha devuelto un rayo de esperanza, pues has demostrado que todavía habrán seres humanos que merezcan la pena en el futuro. De nuevo, gracias Martina, besos para ti.

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